FORMACION DE VALORES EN LA ESCUELA

sábado, 21 de mayo de 2011

UNIDAD 2


“LA FORMACIÓN

DE VALORES

EN LA ESCUELA”


Trabajo:
Unidad 2

ASESOR: LIC. DANIEL F. GUZMÁN RODRÍGUEZ
ALUMNO:   PABLO SANTIAGO VENEGAS

6.1

PSICOGÉNESIS, FORMACIÓN Y REPRESENTACION DE VALORES

          El juego es una actividad que todo ser humano lleva a cabo en su vida, lo hace para divertirse, relajarse o simplemente para convivir con sus semejantes. Particularmente los niños son muy dados a llevar a cabo esta actividad porque se encuentran en un proceso de construcción de conocimiento.
               El juego  permite la interacción, entre los niños y van desarrollando habilidades de inteligencias, a través de la experiencia de los niños más grande, y a la vez, adquieren la maduración de su comportamiento e inteligencia ya que como dice Piaget, los niños desarrollan su inteligencia de acuerdo a su proceso y etapa.
          En mi experiencia docente he observado que el juego es un elemento fundamental, ya que es una actividad natural y tiene manifestaciones y funciones múltiples en donde los niños interactúan de la forma que quieren y desean, desarrollan sus capacidades físicas, afectivas y cognitivas, lo hacen por diversión o placer. Por lo regular estos juegos están sometidos a reglas en el cual en ocasiones se gana y en otras se pierde.
          En lo personal he observado que al momento de jugar, los niños aprenden a convivir, a ayudar, a realizar actividades comunes, a respetar el punto de vista de otros, a expresar su punto de vista personal; es lo que llamo socialización, es decir están adoptando elementos socioculturales (valores) de su entorno para adaptarse a la sociedad. En otras palabras en la socialización mediante el juego el niño aprende a diferenciar lo aceptable (lo positivo) de lo inaceptable (lo negativo) en su comportamiento.
          En mi práctica docente el juego es un factor importante en la socialización de los niños ya que a través de este he logrado que el niño interactué, participe, coopere, y se integre al trabajo en el aula y lo más importante he fomentado valores en ellos, como por ejemplo; que las agresiones físicas, el robo y el engaño son negativos, y que la cooperación, la honestidad y el compartir son positivos. 
               Pero no todo es de color de rosa, existe muchas diferencias de comportamientos, cuando juegan niños grandes con grandes hay un comportamiento más coordinado. Cuando juegan niños grandes y pequeños es menos coordinado y no se pueden poner de acuerdo sobre el objetivo que pretende alcanzar con dicho juego, porque los niños más pequeños no saben lo que están haciendo.
          Así también  los niños al jugar  se manifiestan de diferentes formas, el enojo y la agresión es lo que observado que se presenta con mayor periodicidad, ya sea porque quieren el juguete de otro, porque perdieron o simplemente por desacuerdos en las reglas del juego. Frecuentemente realizan actividades de los roles que juegan dentro de  su familia, es decir juegan a ser papá, mamá y hermanitos; cuidando muñecas, jugando a la comidita, simular planchar, lavar, traer leña, etc., manifestando comportamientos vivenciales (afecto, violencia, discriminación, autoritarismo, opresión, entre mucha más).
          Entendemos que todos los niños son iguales por naturaleza pero conforme se van desarrollando sus comportamientos van cambiando; ejemplo, niños de diferentes edades pueden jugar un mismo juego, pero dependiendo de edad en la que se encuentren las reglas se modifican de acuerdo a sus necesidades.
          En  los niños se presentan con frecuencia los pleitos escolares que pueden ser verbales o físicos, mi actitud que tomo ante esta situación es imponer reglas y límites. Estas deben de ser claras, sencillas y fáciles de entender. No debe haber muchas, solo las que considero que son importantes. Si hay muchas reglas, no serán respetadas y los niños se sentirán confundidos sobre cuáles son las verdaderas reglas.
          Cuando los niños tienen reglas claras y sencillas, ellos las pueden entender, pero sobre todo y lo más importante no simplemente diciendo: has esto o no lo hagas, sino que hay que predicar con el ejemplo y ser firme, pero a la vez ser amable y respetuoso con los niños.
          Pienso que si educamos basándonos en reglas, pero sobre todo en valores, dando un buen ejemplo a nuestros alumnos, podemos lograr que nuestros niños sean personas exitosas y se enfrenten a la sociedad con bases bien cimentadas, y puedan desenvolverse correctamente en su vida cotidiana.
          Así como los pleitos, en mucha ocasiones me ha tocado estar directa o indirectamente frente alguna mentira hablada por algún niño o niña, en mayoría son mentiras inocentes, pero en otras algo  agravantes. Lo cierto es que he comprendido que la mentira en el niño es casi una forma normal de comunicarse en el ambiente que cotidianamente nos desenvolvemos.
          Mi postura como docente al momento de lidiar con una mentira es primeramente determinar qué tipo de mentira (inocente o grave) y sobre todo realizar mis propias hipótesis sobre el motivo por el cual posiblemente el niño se encuentre en esta situación, ya que si no hago estas conjeturas, puedo correr el riesgo de equivocarme en la intervención.
          Las actitudes que tomo ante una situación es primeramente reaccionar con calma para favorecer un ambiente de confianza para que el niño o niña se anime a contar su travesura o error. Si logro hacer confesar al niño sobre su falta le doy consejos pero nunca un castigo de por medio, ya que si lo castigo a pesar de que haya confesado, estoy reforzando su habito de mentir (la próxima vez lo hará con más cuidado para que no lo descubran por miedo al castigo).
          En la actualidad los estudios teóricos referidos al desarrollo del juicio moral son los desarrollados por Piaget y continuado por Lawrence Kohlberg, estas teorías tienden a enfoque cognitivo, es decir su estudio plantea que la moralidad en el humano no es un aspecto innato, sino que se desarrolla a partir de un proceso cognitivo del sujeto en su interacción social.
          Piaget propone la teoría del desarrollo del razonamiento moral en la cual los niños progresan desde una comprensión ingenua de la moralidad basada en comportamiento y resultados, hasta una comprensión más avanzada basada en intensiones.
          Con esto Piaget pretendía entender cuáles eran los procesos cognitivos en los que se apoyaban la comprensión de reglas y el crecimiento de la moralidad en infantes.
          Piaget en su teoría señala que las normas morales  poseen tres características, las cuales son:
v Una norma moral puede caracterizarse a todas las situaciones parecidas no solo a las idénticas.
v Una norma moral dura más allá que la situación y las condiciones que la engendran.
v Una norma moral está vinculada a un sentimiento de autonomía.
          A continuación se describo cuatro estadios importantes que describen brevemente como se va manifestando el desarrollo moral del niño desde el pensamiento egocéntrico hasta el logro del la autonomía particularmente en los conceptos que tiene que ver con las reglas.
          Etapa motora: el niño no advierte las reglas. La diversión del niño proviene en gran parte de la manipulación motriz o muscular. No hay señales de que el niño encuentre el juego en un sentido social.
          Etapa egocéntrica: el niño se da cuenta de las reglas y se le despierta el deseo de jugar. Los niños pequeños empiezan imitando el juego de los niños mayores, pero los niños egocéntricos continúan jugando solos sin tratar de ganar. Su participación en los juegos de grupo se caracteriza por la ausencia de interacción social.
          Etapa de cooperación: el niño empieza a crear su propio criterio  acerca de la reglas y cuál es el objetivo de la reglas normas o valores.
          Etapa de codificación de reglas: el niño sabe comprende, y empieza  a crear sus  ideas y pensamientos autónomos.
          Desde la perspectiva Piagetiana el desarrollo moral del niño es de gran importancia porque se desenvuelve en dos etapas principales que coinciden aproximadamente con las fases preoperacional y concreta del desarrollo cognoscitivo.
          En la primera existe una moralidad de prohibición, al que Piaget llama realismo moral. En ella los niños tienen ideas estrictas de los conceptos morales (las reglas simplemente existen). En esta etapa, las reglas no pueden cambiarse, la conducta es correcta o incorrecta y el castigo severo es la única forma de enseñanza moral. El niño juzga las acciones en términos de consecuencias físicas y no de la motivación que se encuentra detrás de ellos; las reglas deben obedecerse sin cuestionarse.
          En la segunda etapa, llamada por Piaget moralidad de cooperación o moralidad autónoma, existe un pensamiento moral más flexible, menos individualista, que admite una mayor gama de puntos de vista en cuestiones éticas. El niño es capaz de concluir que no hay un patrón moral absoluto e inmodificable, sino que la gente formula sus propios códigos de lo que es correcto e incorrecto; puede formular juicios más sutiles de conducta; toma en cuenta la intención que hay detrás de una acción; aplica por consiguiente el castigo de manera más apropiada, pues es capaz de ponerse en el lugar de otra persona para, así, juzgar los actos por sus intenciones y no por sus consecuencias; reconoce que las personas crean las reglas y que, por lo tanto, éstas pueden cambiar. En cuanto al castigo, los niños favorecen un tipo de pena que compense a la víctima y que permita al ofensor reconocer lo incorrecto de su acción, ayudándolo a corregirse. Así mismo, dejan de confundir la desgracia natural con el castigo.
          Como he mencionado, uno de los procesos más importantes en el niño es el desarrollo moral, este proceso es de vital importancia, ya que parte de la familia, la escuela, los amigos y los profesores quienes de alguna forma u otra imponen normas y reglas, es por eso que la moral que cada individuo difiere notablemente una de otra, aunque las etapas por las cuales se pasa para lograr una formación moral son las mismas para todos.
          A continuación detallaré dos de las más grandes teorías en el estudio del desarrollo de la moral, estas dos  teorías proponen el desarrollo moral por etapas y son las de Piaget y Kohlberg. Consiste en el estudio del conocimiento  del juicio  cognoscitivo del niño evolutivo en el desarrollo moral a través de los estadios, en la adquisición de reglas.
          La teoría de Piaget Piaget plantea 4 estadios sucesivos, los cuales ya describí anteriormente y son:
§  Motor e individual.
§  Egocéntrico.
§  Cooperación naciente.
§  Codificación de las reglas.
          Por otro lado Kohlberg fue el encargado de continuar con la obra iniciada por Piaget en cuanto a desarrollo moral. Este autor ideo un instrumento de investigación para tantear el proceso de razonamiento que una persona usa para resolver dilemas morales.
          Para que una persona revele su pensamiento sobre temas éticos Kohlberg menciona que sólo hay que proponerle dilemas morales que despierten su interés y preguntarle directamente cuál sería la mejor solución para el dilema y por qué.
          En su teoría Kohlberg define tres niveles en el desarrollo moral, cada uno de los cuales está relacionado con la edad. Estos niveles son:
NIVEL I: Moralidad Preconvencional (aprox. de los 4 a los 10 años)
          El énfasis en este nivel está en el control externo. Los niños observan los patrones de otros ya sea para evitar el castigo o para obtener recompensas. En este nivel el niño responde a las reglas culturales y a las etiquetas de bueno y malo, correcto o equivocado. Este nivel se divide en las siguientes dos etapas:
Etapa 1. La orientación de obediencia por castigo
          Las consecuencias físicas de una acción determinan la bondad o maldad sin considerar el significado humano o el valor de estas consecuencias. Es decir, los niños obedecen las reglas para evitar el castigo.
Etapa 2. La orientación instrumental u orientación por el premio personal.
          Consciente que todos tienen intereses que perseguir y que pueden entrar en conflicto; el bien es relativo (en el sentido concreto individualista).
NIVEL II: Moralidad de conformidad con el papel convencional (aprox. de los 10 a los 13 años)
          Los niños ahora quieren agradar a otras personas. Todavía observan los patrones de otros pero los han interiorizado en cierta medida. Ahora quieren ser considerados buenos por gente cuya opinión es importante para ellos. Son capaces de asumir los papeles de figuras de autoridad lo suficientemente bien como para decidir si una acción es buena según sus patrones. Con lo cual, tienen en cuenta las expectativas de la sociedad y sus leyes sobre un dilema moral. Este nivel se subdivide en dos etapas las cuales son:
Etapa 3. La orientación de concordancia interpersonal o de niño bueno−niña buena.
          El buen comportamiento es aquél que complace o ayuda a otros y es aprobado por ellos. El niño mantiene buenas relaciones y busca la aprobación de los otros.
Etapa 4. La orientación de ley y orden.
          Hay una orientación hacia la autoridad, las reglas fijas y el mantenimiento del orden social. El comportamiento correcto consiste en hacer el propio deber, mostrar respeto por la autoridad, y mantener un orden social dado que se justifica en sí mismo. Al decidir el castigo para una mala actuación, las leyes son absolutas. En todos los casos, debe respetarse la autoridad y el orden social establecido.
NIVEL III: Moralidad de los principios morales autónomos (aprox.de los 13 años en adelante, si acaso)
          En este nivel se llega a la verdadera moralidad. Por primera vez, la persona reconoce la posibilidad de un conflicto entre dos patrones aceptados socialmente y trata de decidir entre ellos. El control de la conducta es interno ahora, tanto en los patrones observados como en el razonamiento acerca de lo correcto y lo incorrecto. Los juicios están basados en lo abstracto y por principios personales que no necesariamente están definidos por las leyes de la sociedad. De igual forma este nivel se divide en dos etapas:
Etapa 5. La orientación de contrato social.
          Generalmente tiene tonalidades utilitaristas. Hay una clara conciencia del relativismo de los valores y opiniones personales y un énfasis correspondiente hacia los procedimientos y reglas para llegar al consenso. Fuera del ámbito legal, el contrato libremente acordado, es cumplido como obligatorio.
Etapa 6. La orientación de principios éticos universales.
          El individuo es un ser racional que reconoce la naturaleza de la moralidad.
          La característica principal que semejan ambos modelos piagetano y kohlbergiano está en el énfasis puesto en el desarrollo de las estructuras del razonamiento moral que subyacen a la elección de acciones por parte del sujeto. Así mismo ambas metodologías comparten la misma idea de estudio en el proceso cognitivo.
               Piaget y Kohlberg coinciden  que lo social se va constituyendo en la manera que los adultos intentan que los niños adquieran una forma de aprendizaje y de comportamiento, como ellos creen que es correcto, con ello no permiten que el niño pueda sentirse interesado. Si él niño comprende el interés de una actividad mayor perdurará el conocimiento.
          Como se puede apreciar en el proceso que nos presenta Piaget. Al principio el niño sigue inconscientemente ejemplos de los adultos y no de realidades obligatorias, posteriormente las reglas inculcadas por los mayores se consideran sagradas e intangible y de esencia eterna; el niño la considera como una transgresión, luego pasa a la fase donde la reglas las consideran como una ley debida al consentimiento mutuo, que es obligación y de respeto, pero que se puede transformar a voluntad a condición de que participe la opinión general, por consiguiente esta relación del niño con el adulto se da de una manera de relación estática desde un principio de la edad pequeña del niño hasta la edad de adolescente donde él piensa, decide y coordina sus decisiones a tomar.
          El juego que juegan las niñas siguen el mismo proceso que en la evolución del juego de los niños primero un respeto místico por la ley, que se supone intangible y de origen trascendente, y después un cooperación que liberé a los individuaos de su egocentrismo.
          Kohlberg menciona que los sujetos debemos ejercitar los juicios morales porque es el que nos permite reflexionar sobre nuestros valores, ordenándolos en una jerarquía lógica.
          Finalmente considero que la investigación empírica sobre la relación entre el desarrollo de los niveles cognitivo y socio-moral, ha mostrado que los niños tienden estar en el nivel de las operaciones concretas antes de desarrollarse e ir a los periodos paralelos de asunción de roles y juicio morales.

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